domingo, 16 de junio de 2013

HISTORIA



En Colombia, país multi-étnico, vivimos aproximadamente 10 millones de hombres y mujeres afrodescendientes. Existen regiones donde la mayoría de su población es negra. Esto nos lleva a preguntarnos por la historia de nuestro pueblo afrocolombiano, para conocer, amar nuestras raíces y luchar por el fortalecimiento de nuestra identidad.



Los historiadores señalan que entre 150 mil y 200 mil esclavizados entraron por Cartagena y fueron distribuidos hacia Ecuador, Venezuela, Panamá y Perú. De estos más o menos 80 mil quedaron en Colombia.

Comprados en Cartagena y Mompox eran conducidos hacia los mercados del interior, a través de los ríos Cauca y Magdalena. Como centro secundario de comercio se constituyeron: Popayán, Santa fe de Antioquia, Honda (Tolima), Anserma (Caldas), Zaragoza y Cali.

En los primeros años, de cada 100 esclavos 30 eran mujeres y los otros 70 eran hombres pues los esclavistas preferían a los hombres, para trabajar en las minas y haciendas, se despreciaban a los ancianos y a los niños. Posteriormente, cambian de estrategia y empiezan a traer más mujeres para garantizar el nacimiento de más esclavos.

Actualmente el pueblo afrocolombiano está presente en 800 municipios del territorio nacional, incluyendo las regiones oriental y amazónicas. Los principales territorios afrocolombianos son: las llanuras del Atlántico y del Pacífico, los valles medio y bajo de los ríos Magdalena y Cauca, Urabá y Norte del Cauca. Las concentraciones urbanas más importantes están el las ciudades de: Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Santa Marta, Riohacha, Montería, Sincelejo, Buenaventura, Quibdó, Tumaco, Turbo y Guapi.



El pueblo afrocolombiano fue esclavo en las minas de Zaragoza, Cartago, Santafé de Antioquia, Valle del Cauca, Cauca, Chocó y Nariño. En el servicio doméstico en Santa Marta, Santafé de Bogotá, Cali, Popayán y Santafé de Antioquia; como agricultor y ganadero en la costa Atlántica, Valle del Cauca, Huila, Tolima y los Llanos Orientales; como boga por el río Magdalena; cargueros y cargueras por trochas y caminos. En lugares varios fueron forzados a trabajar como artesanos.

Gracia al trabajo de los africanos y sus descendientes fue posible el desarrollo del país y el crecimiento del capitalismo. Las ganancias de la producción generada por el trabajo esclavo llevaron al proceso de industrialización de Europa, mediante el cual se avanzó hacia el modo de producción capitalista que luego se desarrolló en Colombia.

Una variedad en el servicio doméstico en el ámbito urbano lo constituyó el esclavo convertido en fuente inmediata de ingreso para sus dueños; niños de 10 años, (hombre y mujeres) eran despachados por la mañana a buscar la vida, y debían regresar en la noche con dinero para sus amos; los hombres buscaban ganarse un jornal y las mujeres se dedicaban a la venta de frutas y dulces. La exigencia de algunos amos frente a la renta diaria dio origen a que algunas esclavas se dedicaran a la prostitución.[13]

                                                                               

Mientras los esclavizados trabajaban eran vigilados por los capataces y, a un intento de descanso, eran castigados con el látigo. Si una persona africana o sus descendientes trataban de huir o en efecto huían y eran capturados los colgaban de una viga, se les daban 50 latigazos y más. Si el que huía era un capataz, o líder era cortado en pedacitos colocando parte de sus miembros en las plazas, para que los demás cogieran escarmiento. Si una mujer embarazada cometía un delito se hacía un hueco en la tierra donde se le metía la barriga y en la espalda le daban rejo; a los que huían al monte los perseguían con perros y si lograban cogerlo, como castigo le rompían el tendón del pie y le hacían cargar un hierro, en otros lugares les cortaban el pie o lo peor, los condenaban a muerte.[14] Otros castigos eran:

  • El corte de la lengua, cuando hablaban su idioma nativo. 
  • El vaciamiento de un ojo.La castración.
  • El baño en aceite hirviendo. Todo esto reglamentado en las leyes.



Los dos grupos lingüísticos dominantes entre los africanos llegados a Colombia son: El bantú y el sudanés[15], los esclavizados generalmente estaban en condiciones de comunicarse con grupos tribales vecinos mediante el conocimiento de dos o tres lenguas o dialectos cosa que no le convenía al esclavizador. Por eso, para obligarlos a olvidar su lengua nativa, se les separaba de su grupo tribal y vecino; se les mezclaba con personas de otras tribus. La necesidad de comunicación se impuso y la lengua castellana pasó a ser la lengua usada, con la excepción del Palenque de San Basilio, donde quedó la lengua palenquera y San Andrés y Providencia donde se construyó una lengua criolla con expresiones del inglés, castellano y lenguas africanas.

Por otro lado los doctrineros debían instruir en la fe católica a todos los esclavizados buscando alejarlos de sus practicas religiosas (ritos, mitos, cantos, dioses y visión de mundo) aludiendo que eran practicas diabólicas. Para ser reconocido en la nueva sociedad tenían que pertenecer a la religión católica. Recibir el sacramento del bautismo era una condición indispensable para entrar a la América hispánica, según las normas de la corona española, que prohibía la entrada a judíos, herejes y paganos.

La mayor referencia a la metodología de adoctrinamiento a los esclavos en Colombia es la de los jesuitas Alonso de Sandoval y Pedro Claver[16]. Sobre todo de este último, quien tuvo como principal ocupación la acogida de los africanos y su bautismo a través de una catequesis que tenía como característica propia el amor y la caridad. La utilización de la cruz les permitió entrar al alma del pueblo negro, pues identificaban el sufrimiento de Cristo con el propio sufrimiento, además para el grupo bantú existía la referencia de la cruz Elegua.

A pesar de ser una religión impuesta, pronto encontró muchos elementos comunes en la espiritualidad de las diferentes tribus de origen y se empezaron a recrear las tradiciones religiosas que llegan hasta nuestros días, en el ritual mortuorio, el agua del socorro, los alumbraos a los Santos, los alabaos y arrullos, lo mismo que las fiestas patronales.


En Colombia, como en los países que fueron colonias españolas e inglesas, se conservaron elementos dispersos de la espiritualidad africana debido al adoctrinamiento cristiano intenso de españoles e ingleses, en cambio en las colonias portuguesas y en las islas del Caribe fue posible la conservación de estructuras y elaboración de nuevas síntesis que hoy conocemos como religiones afroamericanas. Es el caso del Candomblé y la Macumba en Brasil, el Vudú en Haití, la Santería en Cuba y República Dominicana y la filosofía religiosa Rastafari, practicada especialmente en Jamaica, entre otras.






Desde la llegada del africano a Colombia en condición de esclavo, los hombres y mujeres han buscado de forma individual y colectiva la libertad. Ante la cruel estructura esclavista, en los puertos de embarque se lanzaban al mar desde las galeras de los barcos, escapaban de los mercaderes y compradores, muchas veces las mujeres acudían al aborto provocado para que sus hijos no nacieran esclavos, pero las mayores formas de rebeldía son el cimarronismo y la constitución de los palenques.


Se le llama cimarrón a toda persona que rechazando la esclavitud escapa de sus amos y se interna en la selva, en las montañas en busca de libertad. Los cimarrones fueron perseguidos con jaurías de perros amaestrados para tal efecto, y si los capturaban los castigaban con mutilaciones o los condenaban a muerte como escarmiento para todos.

Los palenques son lugares, escogidos de acuerdo a la topografía del terreno y bien defendido por fosos, trampas y empalizadas, ellos sirvieron no sólo como lugar de entrenamiento, provisión y descanso para la acción de lucha de los cimarrones sino; como lugar de refugio para cuantos deseaban unirse a la causa de libertad. Eran sitios estratégicamente ubicados para la defensa, seguros y con terrenos cultivables. Se llamaban así por estar rodeados de empalizadas, púas envenenadas, fosas y trampas.

Los palenques se convirtieron en la realización del proyecto histórico de libertad. A partir de ellos los cimarrones se organizaron creando una nueva forma de vida, una verdadera república independiente desde donde se hacen fuertes con autoridades, organización propia, y trabajan por la conservación de la lengua, religión, música, bailes, costumbres que poco a poco mezclaron con la de los indígenas y blancos según el lugar donde se diera su presencia.

El cultivo de la tierra era colectivo, primaba la solidaridad, la herencia cultural y estaban gobernados por autoridades elegidas por las mismas comunidades. Eran estas últimas quienes tomaban las decisiones políticas y militares. Desde allí los cimarrones liberados y armados con herramientas elaboradas por ellos mismos, hachas, machetes, palos y piedras, organizaban ataques contra los esclavistas y autoridades para liberar a sus hermanos y conseguir comida y armas. Sus mujeres los acompañaban y, al preparar la huída, escondían semillas en sus cabellos para la nueva siembra en el palenque.

A estos palenques no entraba quien quería, sólo los doctrineros y personas aliadas. Si era invadido y arrasado por las tropas, los que lograban sobrevivir en el enfrentamiento, volvían a agruparse y, mientras las autoridades entraban triunfantes en la ciudad con los prisioneros llevando en alto la cabeza de los jefes rebeldes, estos ya se habían reorganizado en las montañas en un nuevo palenque. Así mantenían la lucha por la libertad.


Entre los palenques de Colombia, el más significativo es el de San Basilio por haber sido el primer lugar libre de Colombia y de América Latina reconocido por la corona española, se considera heredero de la lucha iniciada por Benkos Biojó en el palenque de la Matuna.

Se encuentran referencias históricas de la capacidad guerrera y el liderazgo de Benkos Biojó; atacaba las haciendas dejando libres a los esclavizados, por eso hombres y mujeres se unían con entusiasmo a su ejército. La rebelión se extendió por una amplia zona y Biojó en ruta de guerra se pasea por Cartagena desafiando a los españoles. Los peninsulares le reconocen su poderío militar y buscan una negociación pacífica. Se suspende la guerra y aceptan a los cimarrones libres con la condición de que no reciban más esclavos fugados. El gran Rey Benkos Biojó logra ser reconocido y respetado por los propios cimarrones y los españoles[17]. Mientras era terrible con los soldados esclavistas, en el palenque se transformaba en un gran padre, conciliador, que con inteligencia solucionaba los conflictos internos.

En su lucha por la conquista de la tierra, los cimarrones contaron con el apoyo de algunos "doctrineros" como el Padre Baltasar de la Fuente de Turbaco y Tesorero de Cartagena a quien los cimarrones de Sierra María encargan de negociar por ellos ante las autoridades, y viaja a España para presentar su detallado memorial, regresa a la ciudad heroica en 1.692 portando la real cédula, llamada también cédula del perdón, con instrucciones detalladas a favor de las peticiones de los cimarrones[18].

Otro padre fue Miguel del Toro de Tenerife (Magdalena), quien ante la situación en que se encontraban los cimarrones a quienes atendía espiritualmente, entre los años 1780 y 1788, acudió a la audiencia de Santa Fe y por su medio consiguieron libertad y tierra para cultivar junto a la Ciénaga de Santa Marta.[19]

En uno de los tantos combates de los cimarrones con el ejército español, los primeros tomaron como rehén a Francisco de Campo, segundo hombre de la expedición española. Las autoridades españolas se vieron forzadas a buscar un arreglo amistoso y se firmó la famosa CÉDULA DE PERDON en el año 1.713. El rey de España les concede la libertad absoluta y la propiedad sobre un determinado territorio donde desarrollar su propia cultura, economía, política, lengua, y religión. Este palenque subsiste hasta hoy.

La resistencia de los esclavizados no cesó de manifestarse durante cuatro siglos con levantamientos, rebeldías, inteligencia y organización. En todos los sitios de explotación esclavista se vivieron levantamientos que muchas veces obedecieron a planes que implicaban la acción conjunta y alianzas con los indígenas con el fin de vencer a los blancos explotadores.

Otros palenques dirigidos por líderes cimarrones se dieron en:

  • Zaragoza en 1.598, 1.626 y 1.659 
  • Cartagena en 1.600, 1.619, 1.650, 1.663, 1.696 y 1.799 
  • Montañas de María dirigido por la Negra Leonor en 1.633
  • Sierras de María por Domingo Criollo y Pedro Mina en 1694 
  • Norosí y Serranía de San Lucas dirigidos por Juan Brun y Cunaba en 1.694
  • Sierras de Luruaco dirigido por Domingo Padilla y Francisco Arará en 1.693 
  • Montañas de Coloso y Tibú por Domingo Criollo en 1.684 
  • Marinilla, Rionegro (Antioquia) y Giradora en 1.706 
  • Tadó (Chocó) en1.728 
  • Guayabal de Síquima (Cundinamarca) en 1.731 
  • Tocaima (Cundinamarca) en 1.758 
  • Río Yurumangui y Cali por Pablo en 1.772 
  • Cartago y Cerritos por el Negro Prudencio, en 1.785 
  • Río Saija (Valle) en 1.819.

Santa Marta fue quemada por los cimarrones de la Ramada en 1.554, en Cartagena intentaron algo similar en 1.621. También se tiene noticia de una revuelta de serias proporciones que tuvo lugar en el río Saija, en 1821: Los esclavos quemaron los campos mineros y huyeron al litoral[20].


La lucha de los cimarrones señaló el camino de independencia a Colombia. Hoy no podemos entender la revolución de los comuneros y el movimiento de independencia dirigido por Bolívar si no los alimentamos con la historia de los palenques.

Cimarrones, libres y libertos dieron un vivo apoyo al movimiento insurreccional de los comuneros. Una vez firmadas las capitulaciones de Zipaquirá que desmovilizaron el levantamiento, José Antonio Galán inició una intensa campaña por el Cauca, Magdalena y Antioquia ocupando haciendas, liberando esclavos e instigando su rebeldía. En la hacienda La Niña, los comuneros de Tumaco liderados por el negro Vicente de la Cruz siguieron este ejemplo y se levantaron el 7 de noviembre de 1.781. Sofocada la rebelión comunera de Túquerres y otros pueblos del sur de Nariño, el liberto de Barbacoas, Eusebio Quiñones, huyó y se escondió en los montes. Años después salió a combatir con las fuerzas libertadoras cayó en medio de sus filas en la batalla de Genoy.

El libertador Simón Bolívar firmó en Trujillo el decreto de "guerra o muerte" entre españoles y americanos el 15 de diciembre de 1813. Poco tiempo después, para atraer a esclavos y libertos, les ofreció la libertad absoluta si se sumaban al ejército de la independencia. Muchos hombres confiaron en esta promesa y se sumaron al ejército del libertador.

En la lucha por la independencia sobresale el afrocolombiano José Prudencio Padilla gran estratega de guerra, conocedor del manejo de los vientos. Su aporte fue valioso para el triunfo del ejército libertador en varias batallas. Esperaba, como todos los afrocolombianos, que al ganar la guerra conseguirían la libertad para todos los esclavizados.

En un momento de crisis del ejército por falta de recursos económicos y de personal, Simón Bolívar busca ayuda en Haití, primer país afroamericano libre. El entonces Presidente Alejandro Petion le responde positivamente, le facilita personal y pertrecho; a cambio, le pide a Bolívar abolir la esclavitud en Colombia si logra la independencia.

El libertador se comprometió con Petion pero no cumplió su promesa. Su traición se hizo visible en el congreso de Cúcuta donde Antonio Nariño, vicepresidente interino de la república y representante del Presidente, hace conocer su propuesta de Manumisión de los esclavos. Puede asegurarse que no hizo mayor esfuerzo para que el congreso aboliera la esclavitud, cambió la libertad absoluta prometida por la " LIBERTAD DE VIENTRE": Los hijos de esclava que naciesen a partir de 1821 alcanzarían la libertad y sólo después de cumplir 18 años y pagar los gastos de su manutención. Además, se estableció que todos los recién liberados debían someterse a la tutela de un blanco que les diera trabajo.

Luego de la ley de libertad de vientre, los esclavistas se idearon otra contra la vagancia, para obligar al liberto a trabajarles. Cualquier persona blanca que encontrara un negro en la calle, podía acusarlo de vago y llevarlo a la cárcel. Ahí cualquier rico pagaba por su excarcelación y el supuesto liberto era forzado a trabajar en las haciendas o minas en las mismas condiciones de esclavitud. 



Consejo Comunitario: ACADESAN
La libertad para los esclavizados no fue un gesto de generosidad y filantropía de la clase poderosa, sino el resultado de las exigencias y presiones ejercidas por los mismos afrocolombianos, las continuas revueltas y fugas, los ataques de los cimarrones a las haciendas. Además, ya no eran tan rentables el comercio y mantenimiento de cuadrillas de esclavos. La libertad prometida en la independencia, fue discutida y trabajada en los congresos siguientes y se convirtió en un empeño que duró más o menos 39 años. El bien público, la propiedad privada y la paz, fueron los principios utilizados para atrasar casi indefinidamente la manumisión total[21].





En el proceso de abolición de la esclavitud son importantes cuatro fechas:

a). 1812: La constitución del Estado de Cartagena prohibió el comercio y trata de negros.

b). 1814: El dictador Juan del Corral ordenó la libertad a los hijos de esclavos nacidos en  Antioquia.

c). 1821: Ley de Libertad de vientre

d). 1851: 21 de Mayo, el Presidente José Hilario López firma la abolición legal de la esclavitud.
Se trata de un gesto formal puesto que nuevas leyes y figuras de explotación como arrendamiento, el terraje, trabajos forzosos impuestos y otros continuaron esclavizando al hombre y a la mujer afrocolombiana. En la abolición de la esclavitud se indemnizó al esclavizador y no al esclavizado.





Después de la independencia, el negro ahondó más en el conocimiento de su situación de esclavo y marginado al participar activamente en las acciones de guerra. Rompió su aislamiento y lo llevó a otras regiones y a detectar otras realidades.

En el Cauca los negros pagaban 10 días de trabajo como impuesto de terraje a la familia Arboleda por el terreno para subsistir. La respuesta fueron levantamientos como los de los colonizadores de Río Palo en Puerto Tejada y Santander de Quilichao que resistieron a los hacendados y a los embates del capitalismo agrario. Desde aquí, muchos se movilizaron hasta establecerse en el litoral Pacífico y las zonas mineras de Barbacoas, en los ríos Telembí y Guelmanbí.


En 1.874, mediante la ley 51, el gobierno determinó la adjudicación de terrenos baldíos a quienes los estuvieran cultivando; se desató un masivo proceso de colonización y desplazamiento de población en busca de tierras, se favoreció especialmente a los grandes terratenientes. Muchos negros mineros y cultivadores de baldíos, por falta de conocimiento e información, no reclamaron la adjudicación y durante un siglo fueron considerados "colonos" en sus propias tierras.





Para entender el proceso organizativo del pueblo afrocolombiano podemos remontamos a la presencia de los Cimarrones, como ya hemos visto, esto nos dice que el afrocolombiano esclavizado siempre buscó ser libre. Cuatro años después de su llegada forzosa se dieron las expresiones de los Cimarrones. Como la historia fue escrita por los dominadores no encontramos testimonios de todas las gestas de los africanos y sus descendientes en América, sólo se han podido encontrar algunos hechos y testimonios:

*  1852: Jurídicamente no hay presencia de esclavos. Para el afrocolombiano hay dos opciones: Pasar a ser asalariado o vivir en la periferia de las nacientes ciudades, en los ríos y montañas.

*   1900: Se puede hablar de una época de asentamiento donde sobresale el testimonio de Manuel Saturio Valencia (1867-1907), poeta, pedagogo y dirigente popular. Fue el último fusilado en Colombia, el 7 de mayo de 1907, (cuando ya se había suprimido la pena de muerte, pero estratégicamente el decreto no se dio a conocer hasta después de fusilarlo). Lo acusaron de haber incendiado la Calle primera de Quibdó, que representaba los intereses de la sociedad blanca chocoana. Saturio fue profesor de música y canto en las escuelas, juez y personero municipal. Considerado como el primer literato negro del Chocó. Por la misma opresión racista, sus obras quedaron inéditas[22].

*   1900-1903. Con el desencadenamiento de la Guerra de los Mil Días, vino otra tragedia para el pueblo afrocolombiano que fue violentamente expulsado de la zona del terraje y de sus propias tierras. En el Cauca esta realidad llevó a José Cinecio Mina y sus 100 compañeros a levantarse en armas; por su resistencia y valor, los negros afrocaucanos se ganaron la fama de tener pacto con el diablo, se les llamó "los empautados".

*   1905, Manuel Hernández "el boche" se levantó contra la supervivencia de la matrícula colonial en la hacienda Misiguay, en Córdoba.

*    1947: Diego Luis Córdoba, primer senador chocoano. El más ilustre del siglo XX, con una mente poderosa, se hizo abogado y emprendió la búsqueda del Chocó como departamento. Otro gran logro de Diego Luis Córdoba fue el fortalecimiento de la educación por medio de la Normal, donde hombres y mujeres se preparan para ejercer el magisterio. Por las diferencias políticas debe viajar a México donde muere.

*  1954: Se realizaron 18 días de protesta ante la amenaza de la desmembración del departamento del Chocó. Al final de la protesta se logró que se archivara el proyecto. El entonces periodista Gabriel García Márquez cubrió para el periódico El Espectador dicha noticia.

*   1959: Proceso de descolonización de los países africanos.


*   1960: Por la influencia de los movimientos extranjeros como los de Martín Luther King[23] y Malcom X en Estados Unidos, Nelson Mandela en Sudáfrica, y Fidel Castro en Cuba, surgen en Colombia diferentes expresiones:


  • El movimiento de la negritud con Amir Smith Córdoba
  • Juan Zapata Olivella, con el movimiento multicolor. Se lanzó a la presidencia, pero le ofrecieron un puesto en la Embajada de Haití, aceptó y así fracasó su movimiento. 
  • En 1976 se realiza el Primer Congreso de la Cultura negra de las Américas, en Cali, del 12 al 15 de octubre[24]. 
  • Movimiento Cimarrón: Surge en Colombia liderado por Juan de Dios Mosquera, en Buenaventura el 15 de Diciembre de 1982. Tuvo una primera etapa como Círculo de Estudio SOWETO, en Pereira, Risaralda (1976). Busca los derechos de las negritudes, la superación de toda discriminación racial, la negritud como belleza, la indemnización por los años de esclavitud. En 1.990, su presidente participó como candidato a la Constituyente entre las personalidades[25].
*     En la década de los 80 surgen en el ámbito del Pacífico las organizaciones Étnico Territoriales que luchan por el reconocimiento como grupo étnico y el derecho a la titulación colectiva. La primera de estas Organizaciones es la ACIA, Asociación Campesina Integral del Atrato, como respuesta al abuso de las compañías madereras en la explotación indiscriminada del bosque, y al taponamiento del río con las trozas. En la búsqueda de solución los campesinos afrocolombianos encuentran el decidido apoyo de la Diócesis de Quibdó y de la Organización indígena Orewa. Otras organizaciones de este estilo son OBAPO, Organización de Barrios Populares de Quibdó, ACADESAN, Asociación Campesina del San Juan, ACABA, Asociación Campesina del Baudó, Coordinadora de Comunidades Negras, entre otros.

*    1984: Experiencia de etnoeducación y etnodesarrollo gestionado por líderes afrocaucanos en el norte del Cauca: Villarrica, La Balsa.

*     En 1986 se realiza un Seminario Internacional con el tema «La Participación del Negro en la Formación de las Sociedades Latinoamericanas»[26]

*      En 1987 la comunidad chocoana volvió a protestar exigiendo la titulación de sus tierras.

*   En 1988 en Tumaco tiene lugar un fuerte paro de protesta por el olvido y el incumplimiento gubernamental a las necesidades vigentes. Dejó en cenizas varias dependencias oficiales.

*    1989: Movimiento investigativo histórico y cultural Cinecio Mina en el norte del Cauca, con el objetivo de luchar por las reivindicaciones étnicas, políticas y ambientales del pueblo afrocolombiano.


Estos grupos y personas han tenido su aporte concreto en el proceso de las comunidades afrocolombianas.
Líderes de la ACIA (Chocó) y Afranec (Cauca)





0 comentarios:

Publicar un comentario